sábado, 23 de marzo de 2013

Los volcanes tuvieron la culpa de la cuarta gran extinción

Un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussets y la Universidad de Columbia acaba de establecer, por primera vez, que la gran extinción de finales del Triásico, hace unos 200 millones de años, coincide en el tiempo con una serie de "mega erupciones" volcánicas que arrojaron a la superficie más de tres millones de km. cúbicos de lava. Entonces, y en un lapso de unos pocos miles de años, desaparecieron la mitad de las especies que poblaban la Tierra. El estudio aparece publicado en el último número de Science. Los científicos la conocen como la cuarta gran extinción. Sucedió hace unos 200 millones de años, en la frontera temporal entre el Triásico y el Jurásico y causó la desaparición del 50% de las especies vivas del planeta. Cuando el mundo empezó a recuperarse, fue la estirpe de los dinosaurios la que ocupó los nichos ecológicos que habían quedado vacíos tras la catástrofe. A partir de ese momento ellos, los dinosaurios, heredaron la Tierra y dieron comienzo a un reinado de 135 largos millones de años que no terminaría hasta que sobrevino otra gran extinción, la quinta, hace 65 millones de años. Y si bien todo el mundo está de acuerdo en que la quinta gran extinción tuvo mucho que ver con la caída de un meteorito de unos diez km. de diámetro, las cosas no están tan claras con respecto a la cuarta. Los científicos, de hecho, no terminan de ponerse de acuerdo sobre su causa y son varias las teorías que intentan explicar lo que sucedió. Ahora, y tras examinar durante años numerosos yacimientos desde Estados Unidos al Norte de Africa, un grupo de investigadores ha conseguido enlazar la abrupta desaparición de la mitad de las especies que poblaban la Tierra hace 200 millones de años con una serie de gigantescas erupciones volcánicas. Erupciones que causaron cambios climáticos tan drásticos y rápidos que la mayor parte de las criaturas, sencillamente, no consiguieron adaptarse a las nuevas condiciones. No es la primera vez que se intenta relacionar un episodio de extinción masiva con un periodo de intensa actividad volcánica. Sin embargo, hasta ahora no había sido posible establecer una relación temporal directa entre los depósitos minerales dejados por esas "mega erupciones" y las catástrofes biológicas. O, dicho de otro modo, nadie había conseguido demostrar que esas extinciones masivas coincidían en el tiempo con las erupciones volcánicas.

jueves, 7 de marzo de 2013

Miden con precisión la distancia a la Galaxia más cercana

Miden con precisión la distancia a la galaxia más cercana

Tras casi una década de meticulosas observaciones, un equipo internacional de astrónomos ha medido, con mayor precisión que nunca, la distancia a nuestra galaxia vecina, la Gran Nube de Magallanes. Y resulta que se encuentra a 163.000 años luz. No es solo un número, estas nuevas medidas también amplían nuestro conocimiento sobre latasa de expansión del Universo -lo que se conoce como la constante de Hubble- y es un paso adelante crucial para entender la naturaleza de la misteriosa energía oscura que hace que la expansión se esté acelerando. La investigación, que aparece publicada en la revistaNature, fue realizada con datos obtenidos de los telescopios instalados en el Observatorio La Silla del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, además de otros telescopios alrededor del mundo.
Para conocer con exactitud distancias cada vez más alejadas en el Cosmos, los astrónomos utilizan su propia «cinta métrica». Primero, miden la distancia a objetos cercanos, utilizándolos como puntos de referencia (candelas estándar). Pero esta cadena solo es tan precisa como lo es su eslabón más débil. Hasta el momento, encontrar una distancia precisa a la Gran Nube de Magallanes, una de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea, ha resultado ser impreciso. Y dado que las estrellas en esta galaxia se utilizan para fijar la escala de distancias para galaxias más remotas, las medidas son de crucial importancia.
La minuciosa observación de un extraño tipo de estrella doble ha permitido a un equipo de astrónomos deducir un valor mucho más preciso para la distancia a La Gran Nube de Magallanes: 163.000 años luz. «Estoy muy emocionado porque los astrónomos lo han intentando durante cien años y se ha comprobado que es extremadamente difícil», afirma Wolfgang Gieren, de la Universidad de Concepción (Chile), uno de los investigadores que lidera el equipo. «Ahora hemos resuelto este problema con un resultado demostrable y con una precisión de un 2%». 

La mejora en la medida de la distancia a la Gran Nube de Magallanes también nos facilita conocer mejor las distancias a muchas estrellas variables Cefeidas. Estas brillantes estrellas pulsantes se utilizan como estrellas de referencia para medir distancias a galaxias más remotas y para determinar la tasa de expansión del universo, la Constante de Hubble. A su vez, esta es la base para sondear el Universo hasta las galaxias más distantes que pueden verse con los telescopios actuales. De manera que una distancia precisa a la Gran Nube de Magallanes reduce inmediatamente la inexactitud en las medidas actuales de distancias cosmológicas.